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viernes, 13 de abril de 2012

Jesús resucitado es nuestro amigo, el amigo de todos

La Pascua es el tiempo de la conversión, del paso a una vida más espiritual. Es la celebración de la conquista de la libertad.  Es disfrutar del gozo de la gracia. En Pascua se valora mejor el Bautismo, la Penitencia, la Eucaristía, y tantas cosas más. La muerte en la cruz era necesaria, pero no fue el final.

La estancia en el sepulcro era temporal. Jesús dijo que al tercer día resucitaría, y así lo hizo. Esa es la garantía de nuestra fe. Tenemos que creerle. Está vivo y habla contigo, conmigo y con todos nosotros desde estas páginas de Internet, desde la Palabra de Dios, en la Oración, en la Eucaristía.
Jesús quiere celebrar con nosotros su Pascua, su Resurrección. Y quiere que se lo digamos a todos. Estamos invitados a comunicárselo a nuestros amigos, a sus amigos que Él está vivo. Su reino es de vivos. Quiere una Iglesia viva, unas celebraciones llenas de energía. Quiere cantar con nosotros el Aleluya, el Gloria, y hacer y sonreír. Es el tiempo del gozo.

No le dejemos solo. Estamos invitados al banquete de bodas, al banquete de la vida. Nuestro lugar está reservado. No pongamos excusas para estar con Él, pues nos espera para que pasemos un rato agradable.

Como dice el canto: “Jesús, nuestra Pascua y amigo, por todos murió. Cantemos alegres, que resucitó, aleluya.”