El Beato Santiago Alberione explica la elección de Pablo como patrono de la Familia Paulina. Esta familia religiosa presente en el mundo, se propone vivir a san Pablo, hoy, pensando, trabajando, orando y santificándose como lo haría san Pablo si viviesa hoy. Él vivió los dos importantes preceptos: del amor a Dios y del amor al prójimo de modo perfecto.
El padre Alberione nos impuja a vivir el espíritu paulino, que es el alma de todo lo que somos y hacemos. Así lo describe: “El espíritu de un Instituto se define como una forma característica y permanente de ver, sentir y querer, hasta llegar a reproducirlo en la vida. El nuestro se reduce a esto: vivir integralmente el Evangelio de Jesucristo, camino, verdad y vida, como lo interpretó y vivió san Pablo, bajo la mirada de María, madre, maestra y reina”.
El padre Alberione nos impuja a vivir el espíritu paulino, que es el alma de todo lo que somos y hacemos. Así lo describe: “El espíritu de un Instituto se define como una forma característica y permanente de ver, sentir y querer, hasta llegar a reproducirlo en la vida. El nuestro se reduce a esto: vivir integralmente el Evangelio de Jesucristo, camino, verdad y vida, como lo interpretó y vivió san Pablo, bajo la mirada de María, madre, maestra y reina”.
Alberione continua: “Todo el secreto de la grandeza de san Pablo estriba en la vida interior. Podemos decir que el venció desde dentro: desde el amor a Jesucristo, y desde el espíritu de abnegación. Por eso, la celebración de esta solemnidad tiene sus fines: hacernos conocer, retener y creer las grandes enseñanzas del apóstol y conducirnos a la imitación de sus grandes virtudes”.
Que san Pablo apóstol interceda por nosotros y nos haga más agradables a Jesucristo!