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sábado, 5 de mayo de 2012

Silencio y Palabra: camino de evangelización

Síntesis del mensaje del Papa Benedicto XVI,
46ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales,
20 de mayo 2012





Silencio y Palabra: Dos momentos de la comunicación que deben equilibrarse, alternarse e integrarse para un auténtico diálogo y una profunda cercanía entre las personas.


Silencio: Sin el silencio no existen palabras densas de contenido. La palabra que comunica es sacada del silencio. En el silencio escuchamos y nos conocemos mejor a nosotros mismos; nace y se profundiza el pensamiento, comprendemos con mayor claridad lo que queremos decir o lo que esperamos del otro.

Escucha recíproca: Callando se permite hablar a la persona que tenemos delante, expresarse a sí misma. Y a nosotros nos ayuda a no permanecer aferrados solo a nuestras palabras o ideas, sin una oportuna ponderación. Se abre así un espacio de escucha recíproca y se hace posible una relación humana más plena.



Relación humana más plena: En el silencio se acogen los momentos más auténticos de la comunicación entre los que se aman: la gestualidad, la expresión del rostro, el cuerpo como signos que manifiestan la persona. En el silencio hablan la alegría, las preocupaciones, el sufrimiento, que en él encuentran una forma de expresión particularmente intensa.

Las grandes preguntas: En el complejo y variado mundo de la comunicación emerge la preocupación hacia las preguntas últimas de la existencia humana: ¿quién soy yo?, ¿qué puedo saber?, ¿qué debo hacer?, ¿qué puedo esperar?

Diálogo: Es importante acoger a las personas que se formulan estas preguntas, abriendo la posibilidad de un diálogo profundo, hecho de palabras, de intercambio… Pero también de una invitación a la reflexión y al silencio que puede ser más elocuente que una respuesta apresurada y que permite a quien se interroga entrar en lo más recóndito de sí mismo y abrirse al camino de respuesta que Dios ha escrito en el corazón humano.

Elegir contenidos de valores: Las comunicaciones a través de los medios de comunicación se deterioran y pueden provocar un cierto aturdimiento, si la persona no selecciona con sabiduría programas e informaciones. El silencio y la reflexión ayudan a elegir contenidos de valores que enriquecen a la persona.

El anhelo de la Verdad: El hombre no puede quedar satisfecho con un sencillo y tolerante intercambio de opiniones escépticas y de experiencias de vida.
Todos buscamos la verdad y compartimos este profundo anhelo, sobre todo en nuestro tiempo, en el que “cuando se intercambian informaciones, las personas se comparten a sí mismas, su visión del mundo, sus esperanzas, sus ideales”.

Las redes sociales: Hay que considerar con interés diversos sitios, aplicaciones y redes sociales que pueden ayudar al hombre de hoy a vivir momentos de reflexión; a encontrar espacios de silencio y de oración, de meditación y de compartir la Palabra de Dios. El silencio orante es el lugar en el cual se elabora un lenguaje de comunicación con Dios. Para expresar esta palabra interior, quien ora calla exteriormente.
Palabra y silencio: Aprender a comunicar, aprender a escuchar, a contemplar, además de hablar… para un renovado anuncio de Cristo en el mundo contemporáneo.

Las Paulinas y los Paulinos trabajan en la comunicación, para dar espacio al Evangelio, y para que el bien y la paz se extiendan en el mundo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que ayuda extraordinaria... la que nos ofreceis, de reflexionar sobre este tema tan importante de la importancia y significado del silencio en relación a la palabra. Gracias.
Erminia

Unknown dijo...

Hermana....He pasado por aquí y..
he escuchado las palabras sabias de Monseñor...¡Que preciosidad! y qué pena que son ya tan escasas por todas partes...No sé si conoces "Anguera Brasil"....Yo cada día más pasado, el Alzheimer y un cansancio que ya
casi me imposibilita....Reza por mí, tu estás en mi pobre corazoncillo-hasta siempre,,,,,