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martes, 9 de abril de 2013

Las vocaciones, signo de la esperanza fundada sobre la fe


La Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones se celebra el cuarto Domingo de Pascua (21 de abril), con el lema: «Las vocaciones, signo de la esperanza fundada sobre la fe».


El Resucitado pasa a través de los caminos de nuestra vida. En el devenir cotidiano sigue dirigiéndonos su palabra; nos llama a realizar nuestra vida con él, el único capaz de apagar nuestra sed de esperanza. Él también hoy llama a seguirlo. Y en esta llamada Jesús repite: «Ven y sígueme». Para responder a esta invitación es necesario dejar de elegir por sí mismo el propio camino. Seguirlo significa sumergir la propia voluntad en la voluntad de Jesús.

Tenemos la certeza siempre renovada de que Dios nunca abandona a su pueblo y lo sostiene suscitando vocaciones especiales, al sacerdocio y a la vida consagrada, para que sean signos de esperanza para el mundo.

Rezamos para que los jóvenes no tengan miedo de seguir a Jesús y de recorrer con intrepidez los exigentes senderos de la caridad y del compromiso generoso. Así serán felices de servir, serán testigos de aquel gozo que el mundo no puede dar, serán llamas vivas de un amor infinito y eterno.

Rezamos por las vocaciones esta oración del Beato Santiago Alberione, fundador de la Familia Paulina:

Jesús Maestro, tú dijiste: “La mies es abundante pero los trabajadores son pocos”. Acogemos con amor tu invitación: “Rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies” (Mt 9,37-38). Suscita un amplio movimiento vocacional: “Todos los creyentes por todas las vocaciones”. Que aumente el número de sacerdotes. Que sean sal de la tierra, luz del mundo, ciudad situada en lo alto del monte. Que aumente el número de consagrados. Que llenen la tierra de comunidades que acojan a tus elegidos, que sean hogares de luz y calor, manantiales de espiritualidad.

María, “la elegida de Dios”, madre y protectora de las vocaciones, ruega con nosotros, por nosotros y por todos los llamados. Amén.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Exige sacrificios. Pero cuando uno vive un ideal, se vive con entusiasmo. Y los sacrificios no importan, porque lo que se hace por amor no cuesta trabajo.- Maria Lucina

Anónimo dijo...

La vocación es cosa buena y se puede pedir. Os aseguro que no hay en este mundo nada que te haga más feliz que la vida consagrada a Dios.- Ma. Antonia Gemma