El beato Santiago Alberione, fundador de la Familia Paulina, encuentra en el título de Maestro una definición muy apropiada de Jesús. Jesús es el Maestro único, fiable, exclusivo. No es un Maestro al que solo debemos escuchar; sino un Maestro que se tiene que imitar, con el cual hay una comunión de Vida.
Jesús es la Verdad que nos ilumina. Es el Camino que nos guía. Es la Vida que nos hace vivir (como los racimos viven si están unidos a la vid). Jesús dice de sí mismo: “Io soy la luz del mundo; quien me sigue no camina en las tinieblas, más tendrá la luz de la Vida” (Juan 8,12).
La imagen querida por el beato Alberione muestra a Jesús en la actitud del Maestro que, con la mano derecha pide que se haga silencio para escucharlo; y con la izquierda enseña el Libro - grande y abierto - del Evangelio. Sus pies y sus manos llevan los signos de la Pasión, detrás de su figura la luz de la cruz del resucitado. Está apoyado sobre el mundo, para expresar que está con nosotros, para evangelizar el mundo de hoy.
2 comentarios:
¿Sabeis lo que me gusta más de la presentación de Jesús Maestro? Que él es un Maestro que no solo se tiene que eschuchar, sino que se tiene que imitar. Propuesta fascinante, y muy seria. Imitarlo, seguir sus pasos, ponerme a su escuela de vida concreta. Ahora entiendo también que significa ser el sarmiento unido a la Vid, a Él, para recibir su fuerza y su gracia, y así poderlo imitar... al menos en algo. J. Luis
Querida hermana Alicia, qué bella imagen y qué alegría cuando uno piensa que el mismo Jesús es quien se viste de maestro para impartir enseñanzas. Bendito y alabado sea el Señor!!!!!
Un abrazo y mis saludos a las hermanas!!!
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