¡Gracias, Francisco, nuestro pastor, a
quien Jesús ha dado las llaves de Pedro. Rezamos por ti, confiándote nuestro
deseo y esperanza, de que tú puedas encontrar en nosotros, hijos fieles que
siempre busquemos la verdad y la unidad, practiquemos la caridad y sepamos
rezar con ánimo contemplativo.
Como Paulinas, recordamos las palabras
de nuestro fundador, el Beato Santiago Alberione que, en su juventud, en la
profundidad de una noche de oración, “le pareció comprender el corazón del
Papa… El Papa, el gran faro encendido por Jesús a la humanidad para todos los
siglos”.
Compartimos la certeza de Alberione, que
afirma: “Estamos fundamentados sobre la Iglesia y el Vicario de Jesucristo; y
esta convicción inspira seguridad, alegría, aliento”.