Que la PAZ empiece en mí

A todos, ¡Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo!

Un Año se concluye; gracias, Señor

Señor, quiero hacer mi reflexión en estos últimos minutos del año 2011, que hoy concluye, para darte mil gracias.

Señor, gracias por la paz, por la alegría verdadera, por las palabras positivas que me han dado el coraje de vivir bien mi vocación, por las personas que han dado mucha inspiración con el testimonio de su vida.

Señor, gracias por la amistad de muchas personas en mi comunidad, en mi parroquia, en las parroquias donde he conocido a otros amigos y amigas. Gracias también por la amistad  con las personas en la Red: en Twitter, en Facebook, en el correo, y sobre todo en este Blog (www.llamadosmcs.blogspot.com) donde muchas personas nos escriben de sus experiencias maravillosas y con ellas ayudan a algunos visitantes a ir adelante en su vida.

Señor, muchas gracias sobre todo por la fe que me ha acompañado a lo largo de este año; por tu presencia en mi vida y en nuestra comunidad paulina.

Muchísimas gracias, Señor, por tu amor y por el regalo de la vida preciosa.

¡Feliz Año Nuevo a todos!

Celebramos la venida de Jesús

Navidad no es… grandes almacenes llenos de regalos, porque muchos no tienen un pequeño armario para almacenar una barra de pan con la que regalarse en Nochebuena.

Navidad es… el regalo de Dios con nosotros, Dios plantado su tienda entre nuestras casas.

Navidad no es… luces, bombillas, estrellitas, mientras mucha gente vive en oscuridad y tinieblas, en sombras de muerte.

Navidad es… la luz, porque hemos visto su estrella y venimos a adorarle.

Navidad es… la felicidad de partir, repartir y compartir, desmintiendo que quien parte y reparte se quede con la mejor parte.

¡Feliz Navidad a todos!

Caminemos junto con la Virgen María hacia la Navidad

En estos días de la cuarta semana del Adviento, sentimos fuertemente la presencia de la Virgen María. 

Permanece discretamente en un segundo plano, pero su influencia lo invade todo. Su función en la ejecución del plan de Dios es importantísima, pero está subordinada completamente a la misión de su divino Hijo.

En la liturgia revivimos la escena de la anunciación, escuchamos el diálogo entre el ángel y la Virgen, vivimos la incertidumbre de aquel momento que precede a la palabra de consentimiento. Fue un momento de decisión que llamamos a veces el "momento de la verdad".

La Virgen María no dudó. Simplemente pidió una explicación: "¿Cómo puede suceder eso?". No había tiempo para pensar las cosas con profundidad. No era posible prever todas las consecuencias de su decisión. En realidad, la perspectiva debió de haber sido pavorosa, e hizo lo único que podía en aquellas circunstancias: hizo un acto de fe y dijo sí a la propuesta de Dios.  


Su respuesta no solo fue pronta y sin reservas, sino gozosa. Ella respondió con gozo a la buena nueva que le llevó el ángel. Ella aceptó el don divino en favor de todos nosotros.

 María está presente a lo largo de todo el Adviento. Ella posee el secreto de este tiempo. Caminemos junto con nuestra Madre del Adviento hacia la Navidad.

María, Madre y Estrella de la Esperanza, según la encíclica Spe Salvi

En este tiempo de Adviento recordamos al Papa Benedicto XVI en la segunda encíclica de su pontificado, "Spe Salvi". Su santidad termina esta encíclica con una conmovedora oración a María "estrella de la esperanza".

Bajo el subtítulo de "María, estrella de la esperanza", el Papa nos invita a invocarla: "Santa María, tú fuiste una de aquellas almas humildes y grandes en Israel que, como Simeón, esperó el consuelo de Israel y esperaron, como Ana, la redención de Jerusalén". 

"Por ti, por tu sí, la esperanza de milenios debía hacerse realidad, entrar en este mundo y su historia; pero junto con la alegría que, en tu Magnificat, con las palabras y el canto, has difundido en los siglos, conocías también las afirmaciones oscuras de los profetas sobre el sufrimiento del Siervo de Dios en este mundo", agrega el Papa.

Me lo pregunto a mí misma. ¿Cómo lo espero? Y nosotros, ¿qué es lo que esperamos juntos? Como María, podemos imitarla. Ella esperaba fervientemente la llegada de Jesús. Podemos aprender de Ella que es Madre de la esperanza, cómo renovarnos de verdad con un espíritu nuevo para vivir bien este tiempo de gracia.

Concluye el Papa la encíclica con esta oración: "Santa María, Madre de Dios, Madre nuestra, enséñanos a creer, esperar y amar contigo. Indícanos el camino hacia su reino. Estrella del mar, brilla sobre nosotros y guíanos en nuestro camino".

¿Cómo prepararse para la venida del Señor?

Adviento significa “venida”, la venida del Señor a nuestro mundo. Con el Adviento los cristianos se preparan para la fiesta de la Navidad. ¿Cómo prepararse para la venida del Señor? El Señor viene en la noche del mundo, en la noche de los días presentes y nuestra actitud tiene que ser la de la oración, la espera, la vigilancia. “Velad, vigilad”, nos dice Jesús.

Tener los ojos abiertos, porque el Señor está en esta noche y su luz hace visibles los signos y las semillas del bien ante la aparente victoria del mal. Debemos velar, orando y cambiando en nuestra vida lo que se queda todavía lejos del Evangelio del amor.

”Quien quiere encontrar a Dios tiene que convertirse interiormente una y otra vez… “, dice Benedicto XVI. El Adviento nos invita a caminar al encuentro de Jesús, caminando hacia los demás, ofreciendo al prójimo amor, misericordia, solidaridad. Es la caridad lo que da su verdadero sentido a la alegría de la fiesta de Navidad. Os deseamos a todos un fructífero camino hacia el encuentro con Jesús.

La Editorial Paulinas de España tras las huellas del Beato Alberione

Hace 40 años el Beato Santiago Alberione, después de una larga, laboriosa vida al servicio del Evangelio, nos dejó para volver a la casa del Padre. Sus últimas horas se vieron confortadas con la visita y la bendición del Papa Pablo VI, que tenía por él una gran admiración y veneración.

Recordándolo, subrayamos su vocación apostólica, que se puede leer en sus palabras: “Si el hombre ya no viene a la iglesia, hay que llegar a él, con el evangelio de la salvación, donde quiera que esté, con el lenguaje que le sea comprensible hoy”.

Esto motiva su entrega total para utilizar los instrumentos, los lenguajes y las grande posibilidades de la comunicación social a servicio de la fe. Con ansia misionera nunca apagada, se dejaba llevar por sus sueños: difundir la Palabra de Dios en su integralidad, en ediciones para las familias, ilustrada para los niños y analfabetos... llegar a todos y llegar pronto.

Tras sus huellas, el 5-6 noviembre, las Hijas de San Pablo de la Editorial Paulinas de España y los responsables (hermanas y colaboradores) de las Librerías Paulinas se encontraron en Madrid para reflexionar sobre el compromiso apostólico de nuestra Editorial. Agradeciendo a Dios por los libros que se han producido y difundido, semillas de verdad y de bien, y conscientes de las necesidades espirituales de los destinatarios de hoy, han compartido ideas y dificultades, evaluando las realizaciones, e intentando buscar caminos nuevos y respuestas adecuadas; sobre todo mirando al futuro con mucha esperanza.